Con tres libros a mis espaldas, siempre digo que escribir ha sido casi lo más fácil. Lo difícil vino después. Enfrentarse a la desconocida (al menos para mí) tarea de saber qué hacer con ellos.

Quién me conoce sabe que soy detallista, perseverante, y dotada de una gran paciencia, así que busqué todos los caminos posibles. Con mi primer libro de relatos, decidí enfrentarme yo sola a todo el proceso y, en el segundo, fue una editorial quién me ayudó a hacerlo.

Tras mis dos experiencias, decidí crear mi propia editorial para ayudar a los escritores noveles a recorrer el camino, y evitar los errores más comunes de cualquiera que empieza en este mundo y que, lamentablemente, yo también cometí.

Lo más importante es saber que publicar en una editorial tradicional no es fácil, pero tampoco imposible. Muchos lo consiguen y, para los que no, existen las editoriales de autopublicación.

Que nadie te diga que funcionan como editoriales tradicionales porque no es cierto. Ese es el primer consejo. Llamar a las cosas por su nombre.

Autopublicar no significa jugar en 2º división, es simplemente utilizar otro canal.

Y… sino que se lo digan a Jorge Luis Borges, Virgina Woolf o Benito Pérez Galdós, que lo hicieron en algunos momentos de su vida.

Si quiere que te acompañe en todo el proceso, estoy encantada de recorrerlo contigo hasta donde tú quieras llegar. Sin ataduras, con compromiso, y sobre todo con sinceridad. Estoy convencida de que, con trabajo y esfuerzo, conseguiremos que cada lector sienta tu historia como suya propia.

“No permitas que caiga en el olvido, y da vida a esa historia que tienes dentro”

(por si te animas a conocer un poco más sobre mí, te invito a que visites mi web www.ruthutande.es)

¿Por qué 1000letras?

• • No tengo vocación de Juana de Arco, pero sí creo que mi experiencia puede ayudar a aquellos que empezáis a escribir, y deseáis publicar. O al menos, evita que los demás comentan mis mismos errores.
  • Las cosas podrán funcionar mejor o peor, vender más o menos…pero si algo se agradece es la sinceridad. Y que nadie te venda humo.
  • Y porque creo firmemente que todos siempre tenemos algo que contar. Lo único que necesitamos es un pequeño empujón que nos permita hacerlo.